Día 1 – South Dublin

Día 1 - South DublinDía 1 – South Dublin. Un buen punto en el que comenzar la visita es Merrion Square Park. De esa forma podemos dividir la ciudad en dos partes. La sur, desde la que comenzaremos el primer día; y la norte, a la que dedicaremos el segundo día de vista.

Una vez en la plaza, podemos aprovechar para ver el parque que hay en el centro. Uno de los lugares que cabe destacar de los alrededores son los llamados Edificios gubernamentales. Allí tienen su sede diversos organismos oficiales del Estado irlandés. Además, hay muchas casas de estilo victoriano en la zona, aunque casi ninguna es original. Desde ahí se puede ir a Saint Stephen’s Green, otra de las zonas ajardinadas del centro de la ciudad. Muy cerca del parque se encuentra el comienzo de una famosa calle peatonal de Dublín: Grafton street.

En esa parte está llena de comercios y de gente con ganas de comprar. Además hay algunos grupos musicales y también mimos o «estatuas vivas». Siguiendo por esa calle, se a una de las estatuas más famosas de la ciudad: Molly Malone. En realidad, la fama no le viene por la mujer en sí. Se trata de una canción del siglo XIX que cuenta la historia de la pescadera Molly Malone, que murió de fiebre en plena calle. Al parecer, aunque no queda demostrada la existencia de esta muchacha, se dice que paseaba por la zona portuaria de Dublín al grito de «¡¡Mejillones y Berberechos vivitos!!». Por esta razón también es conocida como «Cockles and Mussels».

South Dublin

Siguiendo por Grafton street pero en una zona con vehículos se llega hasta la entrada del famoso Trinity College. Se fundó en 1592 por la Reina Isabel I. Aunque no seamos estudiantes de la institución, el acceso al patio interior es libre y se pueden tomar fotos del lugar. La mayoría de edificios son antiguos pero algunos también son modernos. En una de las zonas del campus se puede ver el campo de cricket de la Universidad de Dublín.

Saliendo del Trinity College nos podemos dirigir hacia el río Liffey. Atraviesa Dublín de oeste a este y desemboca en el mar de Irlanda. Se puede llegar fácilmente al puente O’Connell. Éste lleva a la calle del mismo nombre, O’Connell Street, posiblemente la zona más céntrica y concurrida de Dublín.

La calle O’Connell tiene un gran bulevar por el que la gente puede caminar tranquilamente mientras los coches circulan por los laterales. En sus aceras podemos encontrar tiendas de todos los colores y muchos restaurantes. A medida que avanzamos por esa calle, nos acercamos a nuestro próximo destino: Spire of Dublin. ¿Qué es exactamente eso? Pues una especie de aguja metálica con algo más de 100 metros de altura. Ese punto marca el origen de unas calles peatonales y llenas de tiendas, que son Earl street y Henry street. Luego nos dirigimos bordeando el río por Bachelor’s walk hasta el Millennium bridge.

Temple Bar

Cruzamos nuevamente el río y llegamos hasta Temple Bar. Es la zona de South Dublin en la que se concentra la mayoría de la vida nocturna. Yendo por Essex street, llegamos hasta Parlament street y encaramos en dirección al edificio del Ayuntamiento. Justo detrás se encuentra el Castillo de Dublín. Está lejos de ser el clásico castillo que podemos encontrar en Irlanda. Sin embargo, se puede acceder al patio interior de manera totalmente gratuita o visitar por dentro pagando la entrada.

Desde ahí podemos dirigirnos directamente hacia la catedral de San Patricio, bajando por Patrick street. Es conveniente entrar y ver el edificio por dentro, uno de los más antiguos de la ciudad. Y un poco más al norte, por Nicholas Street, encontraremos la Catedral de la Santísima Trinidad. Es otro claro ejemplo de arquitectura medieval en Dublín, un edificio de gran valor artístico.

Podemos dedicarle algo de tiempo a algún museo de la ciudad. Por ejemplo, el Museo Nacional de Arqueología o el Museo de Historia Natural.

Por la noche se puede ir a la zona de O’Connell street o de Temple Bar para disfrutar un poco del ambiente nocturno.

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